Hay
deseos en la vida que parecen destinados a ser contados. Sí, sólo
contados. Como si de una artimaña del destino se tratase, hay
historias recreadas en mi mente con todos los detalles que jamás
serán cumplidas; es como tener una fantástica novela en tus manos,
esperar a que salga la película y que ésta jamás se estrene. Por
eso es que insisto en que tengo la certeza de que hay historias
hechas para una mente con capacidad para imaginar y no adaptables
para ser vistas. Deseos que se estancan. Secretos.
Así
que supongo, que lo coherente es darse cuenta a tiempo de que hay
cosas que simple y llanamente son, por definición, imposibles. No se
trata de una concepción negativa sobre los hechos, sino realista. Y
lo lógico, en estos casos; en mi caso, es aprender a vivir con ello.