lunes, 29 de septiembre de 2014

Martes.

Era un martes del mes de junio, ya no recuerdo cuál. El sol brillaba en lo más alto del cielo... justo a la inversa de donde yo parecía encontrarme. 

Ha pasado algún martes que otro más y ya estoy lista para escribir sobre aquello. Pasaron los meses y comprendí cosas que incluso era mejor no comprender, pero lo hice. Y supe que te idealicé, idealicé el "nosotros" cuando ese "nosotros" ni siquiera existió. ¿Llegar a conocerme? Eso supongo que jamás. Si lo hicieras, te darías cuenta de que ni las olas del mar de agosto lograron que olvidara ese martes, sabrías que Hemicraneal es el título de mi canción favorita, que no me creí ni una sola de las palabras de aquella última conversación y que ese día, ese martes, fuiste el trece de mi martes.

Y bueno, supongo que no hubo un final concreto, que tan solo desistimos de insistir y de tirar de la cuerda por el extremo equivocado. 

Y es que, si te fijas, nunca fuimos del todo enemigos. Tal vez nuestro "siempre" duró demasiado poco y los "ojalas" han dejado de cumplirse por falta de ganas y corazón, si es que lo tienes. Y es que, si te sigues fijando y adentrándote entre mis pensamientos, verías que ya no soy capaz de abrirte en canal para hacerte creer que había algo más allá de todo lo superficial. Y es que, nunca fuimos del todo amigos y las canciones siempre son una escusa para acordarme de nuestro "nosotros".

Y ahora que el silencio ha llamado a nuestra puerta y las páginas del calendario pasan de una en una sin sin ti... ¿Ahora qué?

Cuanto puede cambiarlo todo un martes, ¿eh?






jueves, 12 de junio de 2014

Felicidad.

Hoy va por vosotras, para recordaros que a pesar de llevar meses entre libros y apuntes, nos espera un verano entero por delante para tomar el sol y tengo la impresión de que me tumbaría en la orilla del mar (bueno, este verano en el océano) con vosotras, todo el verano. Que ganas de julio, ¿eh?. Bienvenidas sean las grandes jarras de cerveza, eso que no falle. Id sacando los bikinis y las gafas de sol. Este año toca Conil pero cualquier lugar es idóneo siempre que estéis a mi lado. Que los viajes sin amigas no son viajes y las aventuras sin vosotras se quedan en ceniza.
Sigamos conquistando mares de todo el país y parte del extranjero que la vida es joven y debemos bebernos el mundo a tragos, de esos que ahogan las penas y preocupaciones. Bendito calor que es capaz incluso de derretir los "te echo de menos" que nunca llegaron, los amores que no fueron correspondidos, los malentendidos entre amigos o incluso entre nosotras mismas y, por supuesto, los errores del pasado. Levantad vuestra copa si alguna vez os habéis equivocado y brindemos por los días que vendrán.

Hoy me declaro fan de todas las personas que me hacen feliz y os deseo la mayor de la felicidad, la misma que me daréis vosotras a mi haciendo de mi verano un verano único. 

jueves, 24 de abril de 2014

Vacíos de inspiración.

Hay días en los que sientes que tienes un vacío de inspiración, en todos los sentidos. La sensación de ver como parpadea la raya sobre el fondo blanco, no saber ni qué escribir, no saber ni cómo expresar lo que sientes.
Creo que los vacíos de inspiración son la consecuencia más directa de que algo en tu vida ha echado los frenos y a partir de ese momento ya nada te inspira, todo resulta insípido.

Por eso, intento levantarme cada día cogiendo toda esa fuerza que se queda en mi almohada y usarla como arma para completarme a mi misma en lugar de soportar el peso del mundo en mi garganta como una especie de nudo que me va ahogando, cada vez más. Y más. Dejar de reprimir mis impulsos. Comenzar a pensar que el eco de mi risa es realmente gratificante, reconfortante. Que, a veces, el hecho de ser tan vulnerable hace que el sol se reduzca a cenizas y solo quede la opción de huir, cuando eso ni siquiera es una solución.

Pero en ocasiones mis sueños se quedan enredados entre las sábanas cada mañana. Buscan alguna salida para volverse reales. Buscan el valor, que se desmorona con el paso del día, con el peso de las horas, con la cruda realidad.

Y es que,
 somos seres llenos de miedo, ligados a la ley de Murphy sin remedios posibles a no caer por el lado bueno de la tostada. 

lunes, 7 de abril de 2014

Sensaciones.

Hoy sus ojos volvieron a mirarme. Como al inicio de todo, como cuando aún no tenían ni la más remota idea de lo mucho que iban a quererme. Como cuando me apartaba la mirada, quizás por vergüenza. Desde luego, hay sensaciones, que aún siendo ocasionalmente "intento de escritora", soy incapaz de explicar. Hoy prefiero vivir esas sensaciones, sentirlas, amarlas y guardarlas en mi pequeño baúl de los recuerdos. Eso que yo llamo corazón. 

domingo, 9 de marzo de 2014

Equilibrio.

Esta vez mis manos tienen su propio instinto.
Es como un rompecabezas que por fin está armado.
Ya no hay momentos congelados, ahora son perfectos. Punzantes. De fuego.
Mis ganas permanecen intactas.
Mezclo las ideas, pero siempre con estabilidad, con armonía.
Convierto en tiempo real todo lo vivido. Esta vez bajo los tonos, las luces, los miedos.
Ahora estoy llena. Llena de mí. Llena de estupideces, de errores, de llantos, de ganas, de risa.
La tranquilidad y el equilibrio de uno mismo es lo que tiene prioridad. Y ese equilibrio me hace darme cuenta de que, una vez alcanzado no pienso, sino que vivo y siento más cada sensación, sin desaprovechar oportunidades, sin arrepentimientos, sin que nada me influya, y eso no debería convertirme en un demonio.
No amo sin querer, y a veces sin querer, amo. Me doy cuenta de las cosas de repente.
Soy irracional. Prefiero pedir perdón que permiso, y las consecuencias nunca son peores que el motivo por el que he arriesgado. Merece la pena.

No lo entiendes, ¿verdad? Es de locos, y solo entre locos me entiendo.

Así que, no, no estoy melancólica, ni triste, ni siquiera tengo miedo... y menudo alivio. Está bien regresar a la estabilidad después de un caos que has aprendido a controlar. Y cuánto me gusta.


"Hoy todo lo de más, es lo de menos".

martes, 25 de febrero de 2014

Mundo paralelo.

Hay batallas en la vida que sólo se viven una vez, pero se viven tan intensamente, que dejan esas heridas de guerra imborrables en la piel, en las profundidades de nuestro más intimo "yo".
La realidad se afronta viviendo el día a día. Supongo, que te haces fuerte viviendo esas batallas.
Así que, besa en la mañana antes del primer café, descálzate y sal a la calle sin tus miedos, puedes seguirles y quedarte en el intento, o crear un mundo paralelo donde tú puedas hacerlo.

miércoles, 12 de febrero de 2014

De repente.

De repente en las alturas.
De repente en tu cintura.
De repente un beso.
De repente estos versos.

De repente, vivo en más poemas que en mi propio cuerpo.
Me he subido a trenes con destinos donde, supongo, nadie me esperaba. Pero nunca bajé. Nunca supe hacerlo.
De repente, mi corazón  pasa por más colores que gamas tiene un círculo cromático.
Y fue entonces cuando, de repente, fui la piedra donde tropezabas, que no supo bajar del tren. Pero, esta vez no se equivocó de parada. Y aquí estamos, tu y yo, sentados en un mismo vagón.

De repente, ya no tengo miedo a los trenes, desde que viajas conmigo.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Bonitas contradicciones.

Me gustaría regresar a los atardeceres de Nerja, esos crepúsculos que inundaban mil miradas de una sensación que parecía que hechizaba, que hacían parecer tu piel aún más dorada y bronceada , haciéndote aún más bello.
Me gustaría volver a tu cama, esa cuya almohada impregna mi pelo de un aroma que incluso me atrevería a decir que puedo saborear;
un aroma sincero;
un aroma en el límite entre lo más dulce y lo más agrio;
entre lo más suave y lo más áspero;
entre lo sutil y lo violento, lo severo.
Me gustaría regresar a todos los mágicos lugares que hemos recorrido de la mano, a todos los maravillosos paisajes que nuestras pupilas han visto análogamente... 
La Mezquita en una tarde de primavera;
el Bulevar un abril lluvioso;
o la judería en un cálido domingo.
Me gustaría escalar hasta la cima de tu boca, para luego descenderte lento, muy lento. Tan lento que parezco retroceder para tomar el impulso que me lleve de nuevo a tus labios. Tus labios, en los que suelo perderme y encontarme a mí misma;
donde encuentro el punto de inflexión entre la locura y la cordura;
en los que espero y desespero;
en los que nado y me ahogo; 
en los que respiro y suspiro;
subo y bajo;
vivo y muero, y otras bonitas contradicciones.

Perdona si te digo que me contradices, pero ya sabes que eso de la estabilidad se lo suelo dejar a los muebles. Así que por ello, te doy mi más sentido bésame.

lunes, 3 de febrero de 2014

Indecisión, o no.

Me pregunto si algún día las distancias eternas se podrán salvar. Si las personas pueden resucitar. Si se puede amar sin corazón. Ver sin pupilas, o desde las pupilas de otros. Si es posible besar sin labios.
A menudo, me pregunto si los finales son siempre comienzos. Si se puede parar el tiempo.

Dudo de si se puede despertar de un sueño sin haber estado durmiendo.Si la lluvia puede convertirse en poesía, como hoy, que es ella la que me inspira. Si las lágrimas pueden ser dulces. Si existe la libertad plena. Si es posible dejar de respirar sin asfixiarse. Volar sin alas.
Si existe el destino, o tan sólo el azar.

Quizás, todo esto que me pregunto, me cuestiono, todo esto que se me escapa, dependa de la suerte, del azar. Los seres humanos tienen miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte, asusta pensar cuántas cosas escapan a nuestro control. O, ¿quizás no? Quizás los más seguros conocen su destino y hacen depender todo de sus actos.
Tal vez me pregunte todo esto porque soy, por naturaleza, indecisa, porque pienso que todo depende de la suerte, del talento. Del talento para tener suerte. O puede que mi destino ya esté escrito, en algún lugar no muy lejos de aquí. O quizás sí, lejos de aquí, muy lejos de aquí. Quién sabe. Lo sé todo y no se nada.

Como he dicho, soy indecisa. O, ¿tal vez no?

domingo, 2 de febrero de 2014

Boomerang.

Y, de nuevo, ocurre. Otra vez esa sensación que aflora. Más que aflorar siempre ha estado ahí... solo que viene y va. Por más kilómetros que se aleje, siempre regresa. Como un boomerang.

Y vuelta a empezar. Vuelta a las noches en vela, a la destrucción.
Vuelta al precipicio. A no dejarme caer cuando realmente vivo en esta caída libre. Cuando esta caída libre es mi hogar.
Vuelta a anclarme, encadenarme. A este caos incontrolable. 
Mi sitio es caer. Descarrilar.


Esta caída libre, que viene y va, es mi hogar.

martes, 14 de enero de 2014

Las palabras cambian, el transcurso de las cosas también.

La lluvia ha cesado (y a salido el sol) / (pero el sol no regresa).
Así, que voy a salir ahí fuera (a comerme el mundo) / (a evadirme de todo y de todos).
Quizás debería hacerle caso a mi (corazón) / (cabeza).
Y buscar lo que (quiero y merezco) / (necesito).
Tengo claros mis planes y expectativas en la vida y eso realmente ( me hace feliz) / (me agobia).
Hoy por hoy, todo lo que me rodea (es positivo) / (es negativo).
Y es por ello que voy a tomármelo con calma y pasar hoy el día contando las (estrellas que la huida de las nubes ha dejado al descubierto) / (las cicatrices que han ido dejando todos los errores de mi vida).

El vaso, siempre, medio lleno.

Siempre se ha considerado una persona de las de "al mal tiempo, buena cara.", de las que ven el vaso medio lleno. De esas que se fijan objetivos difíciles a sabiendas de que es capaz de conseguirlos, para que la satisfacción sea aún más placentera.
Ella dice que cuando el mundo está triste, si sonríe se siente heroína. Que no hay droga más efectiva.
Que si algo le duele, escribe.
Que si tiene que  perderse, no le importa perderse en su vida. Y allí anda, medio perdida.
Y que si tiene que marcharse, dispuesta está a darle la vuelta al globo terráqueo de su habitación, colocar suavemente el dedo índice y cerrar los ojos. No importa si al abrirlos su dedo señala Rusia o París, que el lugar ponga el cielo y el suelo, que el optimismo ya lo lleva ella.

martes, 7 de enero de 2014

Un bucle hasta el infinito.

¿Qué será de mi entonces, cuando esta tregua sea eterna? ¿Qué será de nosotros cuando la fina línea que separa tus ganas de mis ganas aumente y sea la indiferencia la protagonista de esta historia? Dime, ¿qué pasara cuando ya no llames? ¿cuando ya no escribas? o peor aún, cuando yo ya no escriba para tí... Cuando clausuren las palabras que me inspiras a escribir. Cuando ya me agote esta imposibilidad, ese veneno en tus labios, ese sabor del engaño, el paso de los años. ¿Qué será de nosotros cuando nuestra efímera comunicación se extinga por completo? ¿Será entonces el final?
Podré decir entonces que claudicaron las horas que he dedicado a escribir(te), esas horas que han ido construyendo semanas, que se han ido alargando en meses y que han desembocado en años. Hasta el punto de parecerme toda una eternidad; un bucle hasta el infinito.

jueves, 2 de enero de 2014

El final del mejor principio.

Eres como la última calada de un cigarrillo. Densa y amarga.
Como una última mirada.
Eres respiración sostenida.
Cada una de mis recaídas.
Cada palabra altiva.
Cada beso a escondidas.
Eres la consecuencia más provocada.
Como mi energía, volcada.
La caricia más helada.
El futuro más carente de sentido.
El último suspiro.
El final del mejor principio.